
La noticia más fuerte y
dolorosa es cuando te dicen. Ya no está, que comprendas, no llores más, hay que
resignarse… Pero, duele cuando teniendo vista no lo puedes ver, que siendo
parte de tu vida ya no esté, que siendo parte de tu felicidad ahora sea parte
de tu tristeza y que siendo quien te sacaba una sonrisa cuando lo recordabas en
tu pensamiento, ahora te saque una lagrima de tristeza porque sabes que ya
partió.
Tus respuestas surgen
en cuestiones hacia ti mismo y hacia los demás. ¿Por qué me dejaste?, ¿Cómo
paso tan rápido?, ¿Por qué Dios mío?…
Buscamos culpas
inmerecidas por el dolor pero, no es que olvidaremos a esa persona porque su
lugar siempre estará reservado en nuestros corazones, sino que debemos de
aprender a vivir con sus recuerdos para no seguir en esa odisea de llanto y
tristeza. La persona que nos amó y amamos
no quiere dejar infelicidad. Sólo quiere dejar los mejores de los
momentos compartidos.
Si se fue de nuestro
mundo, es porque merecía un mundo mejor, si ya no tiene vida es porque tendrá
otra vida llena de paz, amor y tranquilidad eterna. Sólo recuerda perdonar a
alguien que estimes mucho que por alguna dificultad hoy está alejado, perdona a
esa persona antes de que sea tarde para luego no te lamentes, dales hoy lo que
se merecen y no mañana.
Regálele flores ahora
que está, dile cuanto lo amas, lo que eres capaz de hacer por su bienestar y
vive al máximo de felicidad con esa persona.